Hoy os traemos uno de los cuadros más populares de la Historia: El grito, del noruego Eduard Munch.
Se cuenta que el origen de la obra es una mezcla de la magnitud del talento de Munch y de sus problemas psicológicos, un cúmulo de sentimientos que le rodearon a él y a sus obras. El propio artista lo expresó así: «La enfermedad, la locura y la muerte fueron los ángeles que rodearon mi cuna y me siguieron durante toda mi vida».
El grito se mostró por primera vez en 1893 como un conjunto de obras cuyo título era El amor. Munch expuso las diferentes etapas del amor en la que El grito fue el último cuadro, para mostrar la desesperación del final del amor.
¿Sabéis de dónde procede la saga Scream? Pues, sí, del cuadro en el que hoy curioseamos. Su creador, Wes Craven, decidió usarlo porque ese rostro fantasmal parte de un disfraz comercializado por la empresa Fun House desde 1991, le recordaba mucho a la obra de Munch.
Existen cuatro copias del cuadro; una de ellas fue robada en 1994 de la National Gallery de Oslo. Los ladrones dejaron una nota en el hueco del cuadro en la que agradecían la poca vigilancia que tenía el museo. Con chulería.
En 2004, en pleno día y a punta de pistola, robaron dos obras del museo Munch: El grito y Madonna. Se encontraron años después gracias a una campaña publicitaria de la marca M&M’s, la cual ofrecía dos millones de sus famosas chocolatinas.
Creada a finales del siglo XIX, El grito es un referente en el arte contemporáneo. Por ello, en 2012 fue la obra más cara: en una subasta un comprador pagó 119 millones de dólares.
¿Os parece mucho? Pues como dato os diré que las obras más caras del mundo son Nafea faa ipoipo, de Paul Gauguin y Interchange, de Willem De Kooning por las que pagaron 300 millones de dólares, nada…
¿Qué opináis vosotros de esta obra?, ¿qué os sugiere?
¡¡Saludos, culturetas!!